El pescado de acuicultura española ofrece todo lo necesario para una alimentación sana y equilibrada, contribuye a la sostenibilidad de mares y ríos y potencia el consumo de productos locales
¿Cuántas veces hemos escuchado que para presumir hay que sufrir? Seguramente demasiadas, sea cual sea el número concreto. Se debe admitir que el rugir de tripa que provoca el hambre es el sonido de la infelicidad, y para acallarlo tampoco es necesario ningún atracón -tan peligroso como algunas dietas milagro-, sino aprender a comer de manera que podamos presumir de cuerpo y equilibrio sin renunciar al sabor y a la salud.
Si crees que es imposible, seguramente es porque todavía no has oído hablar de la acuicultura. Por suerte tiene fácil solución, basta con seguir leyendo para descubrir y entender las ventajas nutricionales, saludables e incluso sostenibles y económicas de consumir pescado proveniente de acuicultura española.
PERO, ¿QUÉ ES LA ACUICULTURA?
La acuicultura es el cultivo de peces y algas mediante técnicas encaminadas a hacer un uso más eficiente de los recursos naturales. Es decir, cultivar mares, ríos y océanos de forma respetuosa para obtener un producto de máxima calidad sin dañar el ecosistema.
La mayoría de la sociedad está concienciada para llevar a cabo una alimentación saludable, conscientes de que cuidarse hoy significa salud mañana, pero cada vez más se busca hacerlo sin olvidar el cuidado del medio ambiente. Si es tu caso, el mejor aliado es la acuicultura porque combina un producto saludable, seguro, con una baja huella de carbono y con un alto compromiso ambiental.
Consumir pescado de acuicultura española tiene un doble beneficio: por un lado el humano, ya que garantiza el abastecimiento de pescado a toda la población al mismo tiempo que genera empleo local en zonas de España en riesgo de despoblación; y, por otro lado, medioambiental, ya que contribuye al equilibrio en la población de especies en su medio natural.
PESCADO Y SALUD
¿Sabías que consumir pescado es la forma más sencilla de obtener omega 3? El omega 3 es fundamental para nuestro cuerpo y el pescado es rico en este mineral cuya presencia en el organismo reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares, además de que está comprobado que su consumo también ayuda a prevenir otras enfermedades como la artritis o el Alzheimer. Y no todos los omega 3 son igual de saludables; los poliinsaturados de cadena larga (DHA y EPA) que contienen los productos acuáticos son los únicos que ofrecen el máximo de beneficios.
Además, las especies acuáticas cultivadas por la acuicultura española aportan energía, proteínas de alto valor biológico, vitaminas tan relevantes como la Vitamina D y minerales esenciales como el selenio, el yodo y el magnesio. Estos nutrientes son imprescindibles para el mantenimiento de las membranas celulares, para activar el metabolismo y para el adecuado desarrollo cerebral y de la retina, entre otras muchas ventajas. Pero hay más, mucho más, porque la acuicultura también es una de las formas más eficientes de producir proteínas, indispensables para nuestro desarrollo celular.
Así que no, para presumir no hay que sufrir sino elegir bien. Por ejemplo, uno de los pescados cultivados en acuicultura es la dorada, que destaca por ser un pescado que apenas aporta grasa pero que ofrece una gran cantidad de nutrientes. Lo mismo se puede decir de la lubina, con un aporte calórico reducido y grasas «de las buenas» (monoinsaturadas y poliinsaturadas), ricas para la salud. Es un pescado muy nutritivo y con un gran aporte de proteínas, similar a otro tipo de carne pero con la ventaja de tener menos calorías, por lo que es un alimento perfecto para dietas que busquen bajar de peso.
Y si además de calorías y nutrientes también te preocupa la seguridad, seguimos teniendo buenas noticias para ti, porque reduce al mínimo los riesgos si somos aficionados a consumir pescado crudo o no queremos -o no podemos- congelarlo.
La seguridad y salud del pescado de acuicultura también beneficia a las mujeres embarazadas, ya que está demostrado que la ingesta de productos de mar y río se asocia a un menor riesgo de partos prematuros a un mejor neurodesarrollo del bebé. Además, su consumo habitual en los primeros 1.000 días de vida (para quienes estéis haciendo la cuenta: los tres primeros años) y durante toda la infancia son fundamentales para el desarrollo cerebral y de la retina, así como para una programación metabólica de menor riesgo.
La próxima vez que oigamos que para presumir hay que sufrir, lo mejor es optar por una de estas dos opciones: ignorar a quien nos lo dice y pensar en ese filete de lubina de acuicultura española al vapor de algas con verduras y mejillones que vamos a prepararnos al llegar a casa, o enviarle el enlace a este artículo para que, como tú, pueda presumir. Presumir de una nutrición saludable y sostenible, cultivada aquí, en nuestros mares y ríos.
Fuente: Telva
