Lenin dice que cada vez que canta en quechua la garganta le queda destrozada por el sentimiento que le pone a cada interpretación.
“El quechua necesita compromiso; si no, es mejor no hablarlo”.
Lenin, cuyo nombre completo es Lenin Tamayo, es un artista, cantante, compositor y productor musical de 21 años que desde hace un par de años lidera un original movimiento que combina el pop coreano o K-pop con las corrientes y la lengua de la cultura andina de su natal Perú: el quechua pop o Q-pop.
Lo que crea está ganando admiradores, especialmente entre jóvenes que lo siguen y admiran en redes sociales como YouTube, Tiktok, Facebook e Instagram.
Cuando hablamos de definiciones, tú dices que el español es un idioma embaucador, mientras que el quechua es blanco y negro.
Yo estudié psicología y una de las cosas más claras que me quedaron de todos esos años es que básicamente el idioma que hablamos diseña o programa la forma en la que pensamos.
O sea, el español que hemos aprendido -no solo en la casa, sino también en el colegio- hace que tengas una forma de pensar muy determinada.
Pero en mi caso, a la vez que iba aprendiendo el español, iba aprendiendo quechua, porque mi mamá habla ambos idiomas.
Entonces tengo muy claro cuáles son las diferencias.
Y se nota que el español tiene palabras precisas para describir lo ambiguo, para expresar el doble sentido en una frase o una palabra. De hecho, hay una palabra para describir esa doble faz: hipocresía.
Eso en el quechua no existe. No hay esa ambivalencia, ni agua tibia. Las cosas significan lo que estás diciendo, no hay doble sentidos. Es pensamiento concreto.
Por eso en el quechua hablamos de emociones y hacemos relaciones directas con la naturaleza.
Esa es la forma de enfatizar el sentido de las palabras. Entonces para referirnos al amor hablamos del fuego, si queremos hablar de limpieza mencionamos el agua. Es un lenguaje que te abraza, te acoge.
En cambio, con el español puedes engañar con las palabras. Por eso digo que es embaucador, mientras que el quechua es directo, sin hipocresías.
Por eso creo que no nos entendemos en el Perú, porque los líderes no entienden que en el Cusco, que en Ayacucho, el mundo se ve de otra manera más directa. No tan doble faz.