Fue en 2019 cuando se denunció por primera vez que había marcas que vendían quesos que no eran realmente queso. Y es que mezclaban otros ingredientes con la leche animal para, de alguna forma, economizar los precios.
Pero la ley de etiquetado de alimentos —que se implementó después— prevé que las empresas deban especificar y advertir a los consumidores exactamente qué ingredientes tienen la fórmula con la que se hicieron los productos.
Es decir, las marcas que venden “queso que no es queso” deberían transparentar que, efectivamente, son un sucedáneo de queso. Pero, ¿en qué debo fijarme? ¿Cómo diferenciar un queso de un no queso?
DE QUÉ ESTÁ HECHO EL QUESO QUE NO ES QUESO
En 2019, una mamá chilena, identificada como Sandra, le contó a CHV Noticias que fue a comprar queso para el desayuno y once de su familia. Le vendieron un queso Gauda y “lo elegí porque vi que era más económico, me recomendaron que era rico y cremoso”.
Medio kilo costaba $2.690. Pero más allá del precio, lo que Sandra no sabía era que en realidad no era queso puro, sino una mezcla entre leche y aceite.
“El ingrediente principal del queso queso es la leche, cultivos lácteos, cuajo… Y los quesos sucedáneos su primer ingrediente suele ser la leche, pero después viene el aceite de palma”, aseguró al mismo medio Claudia Henríquez, especialista en alimentos de la Universidad de Chile.
Con la nueva ley de etiquetados, para identificar un queso que no es queso, debes buscar que el paquete diga “sucedáneo de queso” y revisar los ingredientes, para asegurarte que sean solo leche y sus derivados.
El problema es que, según la Federación Nacional de Productores de Leche (Fedeleche), “muchas veces en el etiquetado ves que dice sucedáneo de queso, pero esa palabra está escrita con una letra que casi no se alcanza a ver, y donde dice queso, está con letra grande”.
Pero, ¿por qué es importante saber si estamos comiendo un queso verdadero o uno sucedáneo?
La doctora Carolina Navia, nutrióloga de la Clínica Indisa, explicó que “el queso per se es un derivado en lácteo, es una excelente fuente de proteína, que son de alto valor biológico, aportan grasas, minerales como el calcio, fierro, fósforo, y vitaminas como la A, D y B12, y otras del complejo B”.
Mientras tanto, “el sucedáneo de queso prácticamente no aporta proteínas y es más que todo materia grasa”.
Fuente: La Cuarta