“Oro Amargo”: la exigente filmación de la nueva película chilena con Francisco Melo y Katalina Sánchez en el desierto de Atacama

Tras el reciente estreno de Oro Amargo, la actriz protagonista, Katalina Sánchez —quien ha tenido una creciente presencia en el cine chileno— reflexiona sobre su experiencia en este intenso rodaje que la llevó hasta el desierto de Atacama.

Aunque la cinta ya ha sido vista en festivales internacionales como Varsovia y Egipto, su llegada a las salas locales marca un hito personal y profesional para la intérprete. “Todo ha pasado muy rápido desde el estreno en Varsovia. En un abrir y cerrar de ojos ya estábamos a las puertas del estreno nacional”, relata la actriz, quien participó también en una función especial en el Festival de Ñuble, donde, asegura, el recibimiento fue “muy amable, muy amoroso”.

En la película, dirigida por Juan Francisca Olea, la actriz interpreta a Carola, una joven que debe sobrevivir y afirmarse en un entorno dominado por hombres. Lejos de los clichés, su trabajo se centró en construir una figura compleja y real.

El contexto fue clave: Carola vive con su padre en una localidad del norte de Chile, una relación monoparental que define buena parte de su identidad. “Donde se graba, con quién se graba, quién te viste, quién te enfoca… todo ayuda a construir al personaje”, reflexiona.

Un rodaje intenso en el norte

El proceso de filmación se desarrolló durante un mes completo en el desierto de Atacama. La actriz describe la experiencia como una maratón emocional y física. “Grabar en el desierto, con frío, con mucho sol, es algo que en tu vida cotidiana sería muy raro. El cine te lleva a esos lugares recónditos”, señala.

Además, resalta las dificultades propias de las producciones nacionales: “Lo que menos demora es el rodaje; la pre y la postproducción son lo más complejo. Por eso valoro aún más estas oportunidades laborales”.

Compañeros de lujo y relaciones humanas

La película cuenta con un elenco de reconocidos actores como Francisco “Pancho” Melo y Michael Silva, con quienes la actriz compartió estrechamente durante la filmación.

“Fue muy nutritivo trabajar con Pancho, tanto como actriz como persona. Es una figura muy presente en nuestro mundo del entretenimiento, pero en el set éramos simplemente dos actores intentando contar esta historia”.

Destaca también los momentos fuera de cámara: “Nos dimos el espacio para conocernos sin tapujos, desde nuestras facetas más cómicas hasta las más frágiles”.

Entre lo masivo y lo independiente

La actriz también fue parte de la megaproducción Sayen, respaldada por Amazon y Fábula. Sin embargo, no siente que haya un abismo entre ambos proyectos, especialmente porque ambos la llevaron a filmar en el norte. “Para mí, esta gran producción y Oro Amargo, sin ánimos de comparar, me dejaron un mismo mensaje: para el desierto todos somos iguales. No hace diferencia”.

Volver al cine

El estreno en salas es un hito que la llena de entusiasmo. En un contexto donde las plataformas de streaming se han vuelto la norma, ella defiende el valor de la experiencia cinematográfica tradicional.

Fuente: The Clinic

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