Cuando faltaban pocos minutos para el inicio del partido entre Argentina y Brasil que se debía jugar este martes en el estadio de Maracaná de Río de Janeiro, incidentes violentos en la tribuna llevaron a que los jugadores argentinos abandonaran el campo de juego.
La prensa local informó que, tras cantarse los himnos de ambos países, hubo un enfrentamiento entre hinchas de ambas selecciones en las gradas.
Inmediatamente, la Policía Militar brasileña intervino reprimiendo a los aficionados argentinos.
Decenas de videos en redes sociales muestran a uniformados golpeando con porras a los fanáticos de Argentina y a los asistentes lanzando sillas a los policías.
En respuesta, jugadores de ambas selecciones pasaron por arriba de las protecciones que separan el campo de las gradas para tratar de calmar a sus propias hinchadas.
Ante la situación, Lionel Messi, capitán de Argentina, les ordenó a sus compañeros de equipo regresar a los vestuarios.
La selección brasileña se mantuvo en el campo.
El presidente de la Asociación del Fútbol Argentino, Claudio Tapia, se presentó en el campo, se acercó a la tribuna donde estaba la hinchada argentina, dialogó con integrantes del cuerpo técnico de Lionel Scaloni y con los árbitros.
20 minutos después, la selección argentina regresó al campo y se dio inicio al partido con media hora de retraso.
Los argentinos se impusieron a los brasileños por la mínima diferencia, con gol de Nicolás Otamendi, provocando la primera derrota de Brasil en su país por eliminatorias mundialistas.
Este incidente se da pocas semanas después de que seguidores del Boca Juniors, un club argentino, denunciaran haber sido asaltados por fanáticos del Fluminense, un club brasileño, en una playa de Río días antes de la final de la Copa Libertadores.
El partido de este martes hace parte de la sexta fecha de las eliminatorias sudamericanas rumbo al Mundial de Fútbol de 2026, que se celebrará en México, Estados Unidos y Canadá.
«Pudo ser una desgracia»
El capitán argentino explicó su decisión de retirarse junto a sus compañeros de la cancha durante una rueda de prensa al finalizar el encuentro en el estadio Maracaná.
«Creo que hicimos eso porque era la manera también de que se tranquilizara todo un poco, porque nosotros estábamos ahí y de abajo no podíamos hacer mucho y veíamos cómo le pegaban a la gente, cómo lo tiraban para atrás y podría haber pasado una desgracia», dijo Messi.
Y añadió: «Obviamente antes del partido la pasamos mal porque veíamos cómo le estaban pegando a la gente. La policía, como pasó en la final de la Libertadores, otra vez reprimiendo a la gente con los palos, había jugadores que tenían familia ahí».
Un video muestra al arquero de la selección argentina Emiliano “Dibu” Martínez enfrentándose a la policía.
«Uno piensa en la familia, en la gente que está ahí, que no sabe bien qué está pasando y estamos pendientes de eso más que jugar un partido que llegado a ese punto de secundario», explicó Messi.
Por su parte, la Policía Militar del estado de Río de Janeiro explicó que la intervención en las gradas del Maracaná se debió a una serie de disturbios entre hinchas de ambas selecciones durante los actos protocolarios.
«Uniformados de la policía militar del Batallón Especial de Vigilancia de Estadios (BEPE) estuvieron involucrados en un disturbio entre aficionados, durante el partido entre Brasil y Argentina, válido por las eliminatorias mundialistas, en el Estadio Maracaná. , en la Zona Norte de Río de Janeiro», señalaron en un comunicado.
«Allí se procedió a detener a ocho personas, incluida a una ciudadana argentina acusada de proferir insultos racistas durante la previa del encuentro».
las eliminatorias sudamericanas al Mundial de 2026 se reanudarán en el mes de septiembre de 2024, tras una pausa para la celebración de la Copa América.
Fuente: BBC