El próximo sábado 13 de julio, el emblemático grupo Inti-Illimani Histórico ofrecerá un concierto en Matucana 100, escenario escogido para interpretar Travesuras, su quinto álbum oficial, publicado en 2010.
Con más de cinco décadas de trayectoria, la agrupación vuelve a compartir una obra que destaca por su emotividad y carácter íntimo, evocando el juego, la ternura y la memoria afectiva.
Para Horacio Salinas, guitarrista y director musical del conjunto, el escenario de Matucana 100 ofrece una atmósfera especial: “Tiene a su favor su ubicación en un extremo, lejos de los otros escenarios santiaguinos. Esto le da un encanto y una curiosidad especial”. Y no es casual que Travesuras sea el centro del repertorio: el disco, lanzado en 2010, combina piezas originales y versiones del cancionero popular junto a invitados como Diego El Cigala y Eva Ayllón, en un tributo a la creación artística como espacio de libertad, ensoñación y mirada traviesa.
Salinas comenta sobre su trabajo: “Es un álbum bastante particular dentro de nuestra discografía abundante —tenemos más de cuarenta discos—, y quisimos rescatarlo”.
El álbum tiene algunas particularidades: “Por ejemplo, coincidió que mientras lo grabábamos, apareció por Santiago Diego El Cigala, que es un personaje único en el mundo del cante flamenco.
Yo le mostré una versión que tenía en guitarra de La Tarara, una canción muy antigua del cancionero andaluz. Todos han cantado La Tarara. Le gustó mucho y entramos al estudio. Estuvimos unos tres cuartos de hora: yo toqué la guitarra y él cantó. Esa es la versión que quedó en el disco, adornada apenas un poco después”, cuenta Salinas.
“Es un disco muy variado, con grandes voces. Le tenemos mucho cariño. Quedó un poco escondido entre los repertorios más clásicos de Inti-Illimani, y por eso quisimos recuperarlo, sacarle el polvo de los años. Tiene poemas muy bonitos de Aquiles Nazoa, la canción Mi papá y mi mamá, Quinteto del tren, una canción de Luis Advis”, dice sobre ese álbum.
Más allá de Matucana 100, Inti-Illimani Histórico agendó una presentación para el Teatro Caupolicán el próximo 26 de diciembre, con algunos miembros que pasaron por la agrupación. “Convocamos a integrantes que han pasado por Inti-Illimani y que dejaron una huella importante. En algún sentido, ayudaron a dirigir aspectos de nuestra música. Uno de ellos es Jorge Ball, a quien conocimos hace más de 40 años, cuando era estudiante de luthería en Cremona, donde se fabrican los Stradivarius”, dice Salinas sobre uno de los invitados.
“También estará Pedro Villagra, que ingresó en un momento complejo del grupo, pero que hizo una gran contribución con su destreza en los saxos y la flauta traversa”, agrega el integrante de una de las facciones que quedó tras la separación de Inti-Illimani.
En cuanto a la vigencia de la agrupación, Salinas reflexiona: “Uno puede decir que lo suyo es maravilloso, pero eso es una opinión muy personal. Yo creo que hacemos las cosas para los demás. A veces, las obras nos suceden más que las buscamos. Nuestro público abarca generaciones: van abuelos, hijos, nietos. Pareciera que Inti-Illimani es un grupo transversal, suspendido en el tiempo. A mí me gusta decir que es un grupo ‘sin tiempo’, porque muchas canciones las inventamos hace 50 años y siguen despertando curiosidad”.
Sobre la música que hoy inunda los servicios de streaming y las redes sociales, como el género urbano, Salinas opina: “Hoy hay otros movimientos, algunos efímeros, porque son productos de la industria de la música. Se consumen rápido y se pasa de página. No veo algo muy potente desde lo poético o textual.
Lo nuestro tiene que ver con una poesía que contiene un secreto, y ese secreto se va revelando —o no—, pero siempre genera curiosidad. Nuestra música está, como decía, suspendida de manera atemporal”.
Sobre el futuro de la agrupación, Salinas concluye: “Lo importante para un artista a esta altura es honrar la ética del arte: ser honestos y no desmerecer lo que se hizo. Lo que hagamos debe tener un sentido profundo para nosotros”.
Fuente: The Clinic