La recordada saga del Capitán Futuro recorre un fascinante periplo transcultural desde las novelas pulp de los años 40, escritas por el prolífico autor estadounidense Edmund Hamilton (1904-1977), pasando por la serie animada japonesa TOEI de los años 70 hasta su más reciente aterrizaje como novela gráfica recién editada en español en Chile. Este rescate editorial, que apela a la nostalgia, también permite redefinir el papel de Hamilton como autor respecto del editor Mort Weisinger (1915-1978), verdadero creador del personaje del científico héroe en 1939.
Weisinger fue el cerebro marketero que otorgó profundidad a muchos de los personajes del cómic a partir de la Segunda Guerra Mundial, dotándolos de un carácter subrayado por los acontecimientos globales, pero pintados de coloridas viñetas para todo público. Principalmente conocido como el editor de Superman, los fans del Hombre de Acero le deben a él eventos canónicos como la introducción de Supergirl, del hoy celebérrimo perro Krypto, el manido concepto del multiverso como clave de la acción y otras complejidades como la kryptonita de colores, el conflicto amoroso derivado de la doble identidad de Clark Kent y algunas controversias sobre un alienígena como protector de la Tierra.
Antes de esto, como cerebro detrás de revistas de aventuras de ciencia ficción por centavos, desarrolló en 1939 la historia de Curtis Newton, un huérfano criado por dos androides y un cerebro científico confinado en algo parecido a un dron que jugaba un rol de justiciero galáctico basado más en la inteligencia que en la fuerza en diversos planetas y que, en paralelo, enfrentaba a los asesinos de sus padres.

Capitán Futuro
El Capitán Futuro, como novelitas de entrega trimestral, a diferencia de sus otros referentes semanales, entregaba dosis importantes de información científica, con los datos conocidos por entonces y una inocente carga moral. También aportaba cuotas de violencia e imaginación adictivas que le valieron un importante rol en la cultura popular hasta hoy. Especialmente a partir de las series animadas transmitidas durante los años 80 y que en Chile se vieron a través de UCV Televisión y el canal de la Universidad de Chile.
La primera de estas aventuras de antaño, la saga de “El Emperador del Universo”, fue reimaginada como novela gráfica el 2024 y llega traducida al español por la editorial chilena Acción Cómics. La historia firmada por Edmond Hamilton es adaptada por el belga Sylvain Runberg (quien estuvo a cargo de adaptar al cómic la saga Millennium, de Stieg Larsson) y con dibujos del francés Alexis Tallone para revivir el capítulo de origen de El Capitán Futuro enfrentado a un dictador fantasmal que esparce una epidemia que hace involucionar a los seres vivos a su fase de vida más primitiva.

El futuro redefinido
La novela gráfica mantiene la estética reconocible de la serie animada, el espíritu de la space opera literaria original y agrega capas de complejidad a ese relato a partir de los códigos y recursos del cómic de hoy.
“Tiene una vida propia”, explica Claudio Álvarez, el editor a cargo, sobre el libro y el proceso en el que la casa editorial actualizó un producto que sigue resonando desde la nostalgia pero también desde una perspectiva temprana de la divulgación científica para niños.
“La respuesta del público ha sido extraordinaria en Chile. Muy emotiva, también. Ha sido como volver al asombro que provocaba entre quienes fueron niños hace décadas cuando se emitía la serie de TV”, dice al cierre de la Comic Con chilena donde este primer tomo causó revuelo.
“Muchos de estos nuevos lectores nos relatan cómo a través de esta serie descubrieron la ciencia o les generó un interés por estudiar el universo. Otras lectoras han confesado que el Capitán Futuro fue su “primer crush”. En fin, son reacciones tan viscerales y poco comunes para otros productos de hoy que demuestran que el cómic ha tocado una fibra nostálgica profunda que conecta con los recuerdos de una generación a la que le despertó el hambre de saber y un espíritu de exploración”, agrega.
El cómic ha sido un éxito en Alemania, Italia y Francia donde los autores de la novela gráfica han anunciado nuevas entregas. En Chile, la adaptación al español se esmeró en hacer el texto reconocible para el público latinoamericano, y chileno en particular, ajustando nombres de planetas, naves y personajes: “Así el producto final no se ve como un cómic viejo. Hay una modernización que deja satisfechos a quienes conocieron al personaje original y también nuevos públicos”.
Aporte local
Como banda sonora recomendada, en Youtube es posible encontrar la obra del compositor chileno Oscar Contreras autor del álbum “Captain Future Redefined”, una serie de arreglos y variaciones basados en el innovador trabajo de Mark Mercury para el animé de 1978. Capturando la atmósfera futurista, progresiva, funk y disco de este soundtrack, Contreras no solo ha recibido el aplauso de fans de todo el mundo, sino la bendición del mismo Mark Mercury para replicar a la perfección este trabajo casi 50 años después.
“Captain Future Redefined” disponible aquí.
Fuente: Biobio Chile