Preocupantes resultados respecto a usuarios de ChatGPT arrojó un reciente estudio del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés). La investigación, entre otras cosas, dio cuenta de menor interacción cerebral, pérdida de creatividad y aumento de flojera.
Para llevar a cabo la investigación, los responsables del estudio reunieron a 54 personas, entre 18 y 39 años, a quienes les solicitaron escribir varios ensayos sobre el SAT (el examen de ingreso a universidades de EE.UU.).
Los participantes fueron divididos en tres grupos: en uno debían ocupar ChatGPT, en otro el motor de búsqueda de Google, mientras que el tercer grupo debían escribir los ensayos sin el apoyo de herramientas tecnológicas.
Con esa división, los investigadores utilizaron un electroencefalograma para registrar la actividad cerebral de las personas que participaron del estudio. Así descubrieron que los usuarios de ChatGPT presentaban menor interacción cerebral y un rendimiento inferior a nivel neuronal, lingüistico y conductual.
Con el paso de los meses, los investigadores del MIT también fueron advirtiendo pérdida de creatividad y aumento de flojera por parte de los usuarios de la herramienta de OpenAI, ya que constantemente recurrían al copiar y pegar.
Junto con ello, el estudio reveló que el grupo que utilizó ChatGPT presentó ensayos extremadamente similares y basados en las mismas expresiones e ideas.
Caso totalmente contrario fue el grupo que no tuvo apoyo tecnológico, donde se evidenció mayor conectividad neuronal, carga de memoria y procesamiento semántico. Los investigadores destacaron que estos participantes mostraron especial curiosidad e elevados niveles de satisfacción con sus trabajos finalizados.
En el caso del grupo que utilizó la búsqueda de Google también se dio cuenta de una elevada función cerebral activa y altos niveles de satisfacción.
Las motivaciones del estudio
Este artículo recientemente publicado aún no cuenta con la aprobación de sus pares, proceso que se extenderá por ocho meses o más. Nataliya Kosmyna, autora principal, explicó por qué decidieron adelantar su publicación y entregó sus motivaciones al respecto.
“Lo que realmente me motivó a publicarlo ahora, antes de esperar una revisión completa por pares, es que temo que en 6 a 8 meses, algún legislador decida: ‘Hagamos un jardín de infancia con ChatGPT’. Creo que eso sería absolutamente malo y perjudicial”, declaró Kosmyna en revista Time. “Los cerebros en desarrollo son los que corren mayor riesgo”, agregó.
En ese sentido, la investigadora remarcó que “educar sobre cómo usamos estas herramientas y promover que el cerebro necesita desarrollarse de forma más analógica es fundamental”.
Asimismo, planteó que “necesitamos una legislación activa y sincronizada y, aún más importante, probar estas herramientas antes de implementarlas”.
Fuente: The Clinic