La lechuga es la reina indiscutida de las ensaladas, pero también una de las verduras más traicioneras a la hora de conservarla.
Pero a quién no le ha pasado, que tan solo un par de días después de comprarla se encuentra con hojas marchitas, pegajosas o con olor raro.
De hecho, el ambiente húmedo o la falta de ventilación aceleran su deterioro, pero existe un método casero, simple y efectivo que puede hacer que dure entre 7 y 10 días fresca, crujiente y sin olores.

Según recomiendan los expertos, la mejor forma de conservar la lechuga es:
- Lavar hoja por hoja para eliminar tierra y restos.
- Secarlas bien, para esto puedes usar un centrifugador de verduras.
- Colocar una capa de servilleta o toalla de papel en la base de un recipiente grande con tapa.
- Poner las hojas en el recipiente sin apretarlas.
- Agregar otra capa de papel por encima y cerrar el pote.
- Finalmente, guardar el recipiente en el cajón de verduras del refrigerador, el lugar ideal por su temperatura y humedad controlada.

Otros consejos que puedes seguir para que la lechuga dure más días en tu refrigerador:
- No la cortes hasta que vayas a usarla: eso acelera su oxidación.
- Mantenela lejos del tomate y otras verduras que liberan etileno, un gas que la marchita más rápido.
- Al lavarla, puedes agregar unas gotas de vinagre blanco para eliminar bacterias.
- ¿Hojas blandas? Puedes sumergirlas en agua con hielo por unos minutos y recuperarán su firmeza.
Fuente: La Cuarta