Contar las calorías, reducir los carbohidratos, sacar el azúcar, dietas extremas y ayunos un poco más que intermitentes. Esas son algunas de las cosas a las que recurren las personas cuando quieren bajar de peso y que no son nada saludable. Uno de los principales problemas de muchos, es la relación tóxica que tienen con la comida y la culpa que sienten por comer.
La médica nutrióloga de la Universidad de Nueva York, Denisse Kohn, explicó a The Clinic que “lamentablemente con la cantidad y tipo de información que recibimos sobre alimentación en la actualidad, es muy difícil que las personas puedan tener una relación sana con la comida”.
“Cuando se habla de problemas en la relación con la comida, en general se nombran los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) como anorexia nervosa, bulimia nervosa y trastornos por atracones, dentro de otros. Esos trastornos se pueden evaluar, diagnosticar y tratar con un equipo multidisciplinario. Pero es importante entender que la ausencia de un trastorno de la conducta alimentaria no es sinónimo de una conducta alimentaria sana“, destaca.
Junto con eso, indica que “existen también las conductas alimentarias alteradas (CAA) o disordered eating que se describen como conductas que incluyen saltarse comidas, atracones, restringir cierto tipo de alimentos y ayunos prolongados. Son variantes de los patrones culturales y se acompañan de vergüenza, culpa, ansiedad y otros estados de ánimo negativos en torno a la alimentación. La prevalencia sigue siendo un tema de investigación, donde estudios en adultos jóvenes estiman que más del 40% de las mujeres y más del 20% de los hombres experimentan algún tipo de CAA a lo largo de su vida. Estas conductas también deben evaluarse y tratarse adecuadamente por profesionales actualizados.
La comida con culpa
Sobre cómo se puede superar la culpa al momento de comer, Kohn es enfática en señalar que “si la información que me entregan sobre alimentación se basa únicamente en el contenido nutricional, es muy difícil que la persona pueda comer sin sentir culpa. La comida involucra áreas bastante más complejas y eso lo podemos ver claramente al comer ese plato específico que prepara nuestra mamá o preparaba nuestra abuela. Ese plato es parte de nuestra historia, de nuestra familia, de nuestra cultura. No podemos pedirle a las personas que dejen todo eso de lado y se enfoquen únicamente en los nutrientes o peor, hacerlas sentir culpables por la alegría que les entrega ese plato“.
“Debemos abrir el diálogo a todos los significados que tiene la comida, que son muchos, y con eso normalizar que en varias ocasiones el contenido nutricional es el último motivo por el que la persona está escogiendo ese plato específico. Septiembre es un mes donde podemos ver claramente el rol de la cultura en nuestras elecciones y al mismo tiempo ver la culpa que se intenta instaurar en la población”, recalca.
Fuente: The Clinic