La emotiva anécdota detalla que un grupo de jóvenes hizo de todo para poder pagarles la comida a la agrupación.
“Lo que pasé no lo vas a poder creer”, introduce Miguel Ángel D’Annibale.
A continuación, en la entrevista con el programa Un poco de ruido, el emblemático vocalista de Amar Azuldesempolvará una anécdota que funciona para entender lo mucho que los quieren en Chile.
Todo comenzó cuando un grupo de jóvenes se acercó a ellos y les ofreció una mano. “Vamos a hacer radio, Miguel, y bueno, me presté a todo lo que hacían ellos”, precisó el artista.
Entonces, en algún momento resolvieron ir por comida. Fueron desde la Quinta Vergara, en Viña del Mar, hasta la esquina y se sentaron a almorzar. La banda argentina pidió unos tallarines y en cuanto llegaron los platos a la mesa, atacaron. Pero lo que llamó la atención de D’Annibale es que “los pibes se van”. “Empezamos a comer y no teníamos plata”.
El cantante rápidamente empezó a buscarlos con la mirada. Realmente no tenían un peso y en unos minutos les llegaría la cuenta. Incluso, cuenta en la conversación, se planteó lavar los platos del local para saldar la deuda. Sin embargo, ocurrió la “magia”:
“Miro para abajo y los pibes… ¿sabes lo que estaban haciendo?”, se interrumpe solo Miguel. “Te juro que me agarra y me dan ganas de llorar”.
En concreto, “estaban abriendo la puerta de los taxis para agarrar un manguito(término argentino que se usa para juntar unos pocos pesos) y pagarnos la comida a nosotros”.
Por supuesto, la caja de comentarios estalló en mensajes cariñosos para D’Annibale y la banda.
“En Chile no hay fiesta o asado sin Amar Azul”, escribió un usuario. Otro redobló la apuesta: “Amar Azul es Chile, aquí los amamos mucho”. “Amar Azul es parte de nuestros himnos nacionales”, puntualizó un tercero.
Fuente: La Cuarta