“Había algo que sanar con la farándula”, amigas con Daniella Campos y futuro en TV: Kenita Larraín se confiesa post Sígueme

Sonaba con fuerza “Un beso y una flor”, desgarrador hit de Nino Bravo, mientras Daniella Campos lloraba a moco tendido en el estudio Sígueme, en el canal TV+. ¿La razón? El viernes 12 de abril fue el último capítulo de María Eugenia Larraín (50) tras su arribo al programa conducido por Julia Vidal, junto a Cecilia Gutiérrez, Michael Roldán y Sergio Marabolí. Hace sólo siete meses, nadie en Farandulandia se habría creído aquella escena.

Hace años que Kenita no aparecía en la farándula —salvo eventuales entrevistas—, dedicada a la numerología, por lo que cuando le ofrecieron regresar al rubro, aunque ya no como protagonista sino en un panel de conversación, se mostró desconfiada. Sin embargo, aceptó, y pasó más de medio año en un espacio que, hace un par de semanas, decidió dejar, acaso de manera sorpresiva para algunos televidentes.

En conversación con La Cuarta a sólo unos minutos de grabar su último capítulo, con la emoción en la piel, laexmodelo profundiza en las razones de su salida, en las heridas que cerró en el proceso, en su reconciliación y amistad con su compañera Daniella, y en el futuro.

—Tomaste la decisión en Semana Santa…

—Sí, pero tenía que dar quince días de pre-aviso por contrato, que se cumplía hoy, viernes.

—¿Por qué en Semana Santa vino la decisión?

—Yo había dicho: “Voy a estar en el programa hasta que sienta que tenga que estar, y cuando ya sienta que mi ciclo se cumplió, es el momento”. Y así lo sentí. Y también me da la tranquilidad de que es en el mejor momento del Sígueme, porque el rating nos está acompañando, yendo súper bien; dejo un proyecto exitoso para dedicarme a lo mío.

—¿Y qué hito definió ese “se cumplió un ciclo”?

—Tiene que ver con sentir que este era el mejor momento del programa. Para mí es importante eso, porque es fácil dejar el barco cuando se está hundiendo y yendo mal. Es irme triunfando también. Y hace unas semanas mi marido (Sergio Ader) se cayó jugando tenis, se tuvo que operar el hombro, lo cual ha significado que durante un mes no puede conducir. He tenido también más sobrecarga con mi hija (Sophia). También necesitaba destinar más tiempo a lo que yo hago: la numerología, las constelaciones familiares y, de alguna forma, el autoconocimiento, ayudar a otras personas en su sanación.

—¿Pediste algún consejo para tomar la decisión?

—No, lo sentí solamente en el corazón, porque cuando se los comenté a algunos compañeros y cercanos todos me pedían que no lo hiciera, jajaja, que no me fuera. Me voy tan fortalecida de esta experiencia, porque tal como lo dije en pantalla al despedirme, esta fue una oportunidad para amigarme con la farándula, porque siempre estuve desde el otro lado; hablaban de mi vida, me criticaban e inventaban. Había algo que sanar con la farándula, y hoy me siento mucho más amiga de la farándula, porque la idea es ir sanando, avanzando; y cuando uno tiene heridas, eso te bloquea y no te deja avanzar. No solamente fue una sanación con Daniella (Campos), de retomar esta amistad después de veinte años y de una sincera conversación, que fue maravilloso.

AMIGUIS CON DANIELLA CAMPOS

La numeróloga se queda un silencio un momento, se le viene una idea y se entusiasma con una reflexión:

—Hay otra diferencia que me hace irme con la frente en alto y el corazón lleno de cariño: fui tan dañada en algún momento por la misma farándula, por lo que se hablaba de mí, y hoy las personas me conocen de verdad y tienen una opinión tan linda de mí; todos mis compañeros me hablaban de que era la luz del programa y bondadosa, cosas tan hermosas que me llegaron al corazón y fue como: “misión cumplida, pude revertir esto que hace muchos años no habría logrado si hubiera venido a trabajar a un programa de farándula”. Habla de un gran cambio interno que he tenido, una resiliencia: el afuera siempre será un fiel reflejo del interior. Elevar la autoestima de la María Eugenia que soy hoy a los 50 años, versus la que era a los 30; es muy bonito ese camino recorrido de conocerme, amarme más y respetarme a mí misma, que ha significado mostrarlo y que el afuera también lo valore. Si yo hubiera trabajado hace veinte años en un programa de farándula, lo más probable es que todos mis compañeros hubieran tenido otra percepción, me hubieran tratado de otra forma, y si me hubiera ido del programa habrían dicho: “Qué lindo que se fue”, jajaja. Revertí todo eso. Me voy triunfando, en el mejor momento y preciso.

—¿Esa buena vibra antes no la transmitías? ¿Cambiaste tú o el mundo?

—Creo que porque yo cambié, cambió mi realidad, el mundo que me rodea. Pero porque yo me amo más, reconozco más cosas lindas en mí. Antes no me veía, no me quería tanto. Ese cambio interno es lo que siento que se refleja con creces. Me han dicho tantas cosas lindas, desde mis compañeros que salen en pantalla hasta las señoras del aseo, los camarógrafos y todas las personas que conforman el equipo; todos se acercaron a decirme cosas lindas. Me llevo el corazón sintiendo: “misión cumplida, y con creces”.

—Sobre la mítica enemistad, ¿qué hito marcó un quiebre positivo en tu relación con Daniella?

—Poder conversar, después de veinte años, porque claramente teníamos percepciones diferentes de todo lo que ocurrió (los cahuineos derivados de su relación con Iván Zamorano). También hubo comentarios de terceros que dañaron esa amistad y esa posible conversación. Tuvieron que pasar veinte años para que Sígueme y TV+ nos reunieran, para que en algún momento nos diéramos cuenta de que esa conversación era importante, necesaria, y así fue: fue tan liberador, y según lo que me dijo Daniella también para ella, que fue muy bonito este reencuentro. Nos suma a las dos. Cuando uno está enojado instala una energía de baja vibración que no le hace bien a nadie.

—¿Se podrían calificar como amigas hoy?

—Sí, fíjate que me atrevo a decirte que hoy la siento mucho más cercana, a mis 50 años la siento mucho más amiga de lo que quizá tuvimos en algún momento de amistad, hace muchos años. En un principio había buena onda, cercanía, muchas veces nos tocó desfilar juntas y todo, pero siento que después de esa conversación tras veinte años, saltar todas esas barreras, siento hoy una conexión de amistad mucho más profunda con Daniella que hace muchos años atrás.

—Te tocó revivir episodios de tu propia vida incluso dolorosos (como situaciones delicadas en sus exrelaciones con Iván Zamorano y Marcelo “Chino” Ríos), ¿cómo lo viviste?

—Cuando ingresé estaba con hartas dudas y bien reticente, pero en el camino me fui dando cuenta que hacia afuera se ve como “retrofarándula”, pero hacia adentro era conversar cosas en que a lo mejor todavía tenía una pequeña herida, que todavía mi caían lágrimas; era porque todavía había alguna pena ahí atrapada, o algo sin resolver. Hablar fue muy liberador, porque cuando era “la reina de farándula”, y todos hablaban de mi vida hace muchos años atrás, pocas veces tuve esa oportunidad de hablar tan libremente. Yo misma estaba muy a la defensiva, porque tenía mucho miedo de que me siguieran dañando. También recibía muchos ataques de afuera, entonces era otra María Eugenia la que contestaba. Hoy no tengo problema en hablar absolutamente de nada, y quedó super demostrado a lo largo de estos siete meses.

—¿Seguirás con apariciones en el programa de Pancha Merino y Pedro Engel?

—Como era parte del canal, y Pedrito se enfermó, me pidieron que reemplazara. Fue muy linda experiencia, pude mostrar lo mío, que es la numerología, y no descarto en futuro sumarme ya sea a ese formato de programa u a otro en el canal.

EL FUTURO DE KENITA

—¿Vendrá otro libro?

—Sí, me encantaría hacer un segundo libro, ya que el primero de numerología, El camino de tus números, apunta específicamente a la fecha de nacimiento de las personas, que es el código numérico personal. Y el segundo me gustaría hacerlo en relación al nombre. Así que espero, con Planeta, que es la editorial que siempre me ha apoyado, hacer algo en conjunto, y trabajar en uno con respecto al nombre de las personas, que es muy interesante porque ahí se suma toda lo ancestral.

—¿En qué usarás ahora el tiempo del Sígueme?

—En escribir mi segundo libro; en un par de proyectos que me tienen muy entusiasmada, que tienen más que ver con el área de la sanación, de lo que estoy hoy y me gusta y apasiona hacer. Y a estar más con mi hija también.

—¿Volverías a un programa de espectáculo-farándula?

—Hoy estoy amigada con la farándula, y siento que fue: “hasta acá llegué”, porque cerré un ciclo. Ahora, lo que pueda pasar en un futuro, no sé, voy fluyendo con lo que siento en el momento. Pero por ahora, en esta etapa de mi vida, sí cierro un ciclo.

Fuente: La Cuarta

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