Todo está en la inclinación de La Tierra: cómo la intensidad del Sol cambia según las estaciones del año

A las 22:42 de este viernes 20 de junio comienza oficialmente el invierno en el hemisferio sur. A pesar que en varias zonas del país ya comenzaron a registrarse temperaturas más cercanas a los 0°C y la Vitamina D comienza a escasear en la población.

Pese a que hay momentos durante el día donde el Sol aparece entre bloques de nubes, éste es cada día menos intenso. Al respecto, el doctor en Astrofísica y director del Centro Multidisciplinario de Física de la Universidad MayorIgnacio Araya, explicó que “es el mismo Sol durante todo el año, pero la Tierra tiene una inclinación en su eje de rotación respecto al plano de su órbita alrededor del Sol (alrededor de 23,45 grados). Esta inclinación provoca que, durante el invierno en el hemisferio sur, los rayos solares incidan de forma más oblicua sobre la superficie terrestre. De hecho, en esta época el Sol se observa más bajo en el cielo”.

“Como consecuencia, una misma cantidad de luz solar se distribuye sobre un área mayor. Por lo que la energía se concentra menos en un punto específico. Además, los rayos deben atravesar una porción más gruesa de atmósfera, la cual absorbe y dispersa parte de la energía solar. A esto se suma que, debido a la inclinación, los días son más cortos, lo que reduce el tiempo en que la Tierra puede calentarse durante el día”, agregó.

El Sol y la inclinación de la Tierra

Araya recuerda que “las estaciones del año son una consecuencia directa de la inclinación del eje de rotación de la Tierra. Esta inclinación hace que, a lo largo del año, los rayos del Sol incidan de forma diferente sobre cada hemisferio. Durante el verano, los rayos solares llegan de manera más directa y perpendicular a la superficie, lo que aumenta la cantidad de energía recibida. Por lo tanto, la temperatura. En cambio, en invierno, los rayos llegan de forma más oblicua, lo que reduce su intensidad y contribuye al enfriamiento de la superficie”.

“Un ejemplo claro de este efecto se observa en las regiones cercanas al ecuador, donde los rayos solares inciden de manera constante durante todo el año. Por eso, en esas zonas, las estaciones son mucho menos marcadas y las temperaturas se mantienen más constantes”, añade.

Asimismo, indica que “la órbita de la Tierra alrededor del Sol es elíptica. Por lo que la distancia varía a lo largo del año. Curiosamente, la Tierra alcanza su punto más cercano al Sol (llamado perihelio) a comienzos de enero, cuando es invierno en el hemisferio norte y verano en el hemisferio sur. En cambio, está más alejada (en el afelio) a comienzos de julio. Sin embargo, esta variación de distancia no es suficiente para causar las estaciones. Lo que realmente determina los cambios de temperatura y la duración del día es la inclinación del eje terrestre, no la distancia al Sol“.

Efectivamente, en invierno los rayos solares llegan con menor intensidad, y no es una ilusión. Como el Sol está más bajo en el cielo, sus rayos llegan de forma más inclinada, lo que provoca dos efectos principales. Primero, deben atravesar una mayor cantidad de atmósfera antes de llegar a la superficie, lo que hace que parte de su energía se pierda por absorción y dispersión. Segundo, al no incidir perpendicularmente, la misma cantidad de energía se distribuye sobre un área mayor. Lo que reduce la cantidad de calor que recibe cada metro cuadrado”, finaliza el experto.

Fuente: The Clinic

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