El artista inglés remeció a Santiago con “Got Back”, el tour que presentó la noche del 11 de octubre de 2024 en el Estadio Monumental. Un puñado de los mejores clásicos del rock, fuego, pirotecnia, chilenismos y la vitalidad única de un ícono, fueron los ingredientes de una velada perfecta.
Como si se tratase de una preciada leyenda que nos gusta escuchar una y otra vez, sin jamás perder el interés, así es el show “Got Back”, el icónico tour de Paul McCartney, uno que ha repetido desde abril de 2022, cuando comenzó a girar post pandemia en Estados Unidos; y que lo trajo a Chile la noche del 11 de octubre de 2024.
El artista inglés -uno de los más importantes del siglo XX- abrió los fuegos a las 21:15, entre una ovación y tocando los beats de “Can’t Buy Me Love”, haciendo vibrar al Estadio Monumental.
Estar inmerso en el público del concierto del ex beatle es una hermosa aventura por sí sola, varias generaciones unidas en torno a las letras y melodías de un astro que ha cruzado la barrera de los años. Los 40 mil fanáticos presentes sintieron en carne propia la magia de un hombre de ocho décadas que no paró un segundo de cantar, moverse, conmover y entretener con envidiable energía y vitalidad.
Intercaló el repertorio de The Beatles, Wings y su carrera solista
En varios momentos del espectáculo, Paul se dirigió a sus seguidores para decir algunos chilenismos como “chiquillos y chiquillas”, “este carrete está cuático” y “la raja”; y los nacionales agradecieron el gesto con un aplauso cerrado, admirando desde tan cerca a uno de los más grandes comprometerse así con el público.
Y así, trascendiendo a los tiempos y las modas, bailando el clásico “mijito rico” que le entonaron, y con 35 canciones -hits tras hit sin respiro- Chile fue testigo de uno de los espectáculos más inolvidables de la cartelera 2024.
El escenario estuvo compuesto por dos inmensas pantallas verticales a los costados, parrillas de luces de colores, y un fondo que iba cambiando conforme avanzaban las canciones; intercaló el repertorio de The Beatles, como “Got to get you into my life”, “Getting Better”, “I’ve just seen a face” con algunas canciones de los Wings -grupo que formó tras la separación de los 4 de Liverpool- como “Let ‘Em In”; y temas de su carrera solista como “My Valentine”. Sobre este último, dijo: “escribí esta canción para mi hermosa esposa, Nancy (Shevell), ella está aquí esta noche”.
La vida y obra de Paul McCartney estuvo disponible por casi tres horas para nosotros, en vivo, un repaso por la psicodélica de los 70, el rock que lo catapultó como leyenda viviente de la música, y el universo pop que fue construyendo en su evolución sonora.
“Hasta la próxima”
En “Live and let die”, prendió llamas sobre el escenario mientras se disparaban fuegos artificiales en las afueras del estadio. Y realizó un final falso con “Hey Jude”, que fue coreada por la multitud.
Paul regresó flameando la bandera chilena, la británica y la del orgullo LGBTIQ+, y le brindó la oportunidad a los presentes de deleitarse con cinco hits más, para luego cerrar de forma definitiva una noche perfecta e inolvidable con “Golden Slumbers”.
Dicen que si eres melómano, ver a Paul McCartney en vivo es algo que tienes que hacer al menos una vez la vida, y bastaba mirar la emoción en los ojos de los asistentes, y sus sonrisas en el rostro mientras caminan hacia las afueras del recinto de Macul, para confirmarlo. “Hasta la próxima”, fueron las últimas palabras del rockstar en medio de un lluvia de confeti blanco, azul y rojo.
Fuente: La Cuarta