La creadora de contenido, biotecnóloga y divulgadora científica Lucía Almagro @diariodeunacientifica ha compartido un video que está haciendo eco en las redes sociales, en el cual pone en duda la efectividad y seguridad de los secadores de manos en baños públicos. La científica, respaldada por investigaciones, explica por qué prefiere evitar estos dispositivos, que muchas veces utilizamos sin cuestionar, al lavarnos las manos fuera de casa.
Según sus explicaciones, los secadores de mano no solo son ineficaces, sino que en realidad propagan bacterias. «Absorben las bacterias del entorno, las acumulan en su interior y luego las expulsan directamente sobre tus manos limpias», señala la creadora de contenido.
Particularmente, los secadores de manos con sensores en la palma son los que presentan un riesgo aún mayor. Esto se debe a que generan un ambiente húmedo, ideal para la proliferación de microbios. Como resultado, no solo estamos secando nuestras manos, sino que también estamos exponiéndonos a una mayor cantidad de bacterias. «Existe evidencia científica de estas cosas, aunque es algo escasa porque no es algo de vida o muerte, evidentemente. Pero el sentido común también me dice que esos secadores, si no llevan filtros como los HEPA, son acumuladores de bacterias» señaló Almagro en la descripción de su video.
«Un estudio de la Universidad de Connecticut encontró que los secadores de aire caliente pueden depositar hasta 254 colonias bacterianas en solo 30 segundos de uso, mientras que el aire del baño sin el secador encendido apenas mostraba crecimiento bacteriano» continuó detallando la biotecnóloga.
Frente a este panorama, la científica sugiere alternativas más seguras, como el uso de toallas de papel. Estas no solo absorben mejor la humedad, sino que también eliminan más eficazmente las bacterias. Además, las toallas permiten evitar el contacto con superficies comunes, como pestillos y perillas de puertas, que también pueden estar contaminadas.
«Un estudio citado por la Universidad de McGill reveló que las toallas de papel eliminan aproximadamente el 71% de las bacterias de las manos, mientras que los secadores de aire solo eliminan alrededor del 23%. Esto se debe a que la fricción de las toallas ayuda a desprender los microbios de la piel» señaló la divulgadora científica.
«Una revisión publicada en el Journal of Hospital Infection concluyó que las toallas de papel son más eficaces para secar las manos, eliminar bacterias y reducir la contaminación del entorno» continuó exponiendo la científica.
En caso de que no haya toallas de papel disponibles, la opción más segura sería secarse las manos al aire libre. «Es preferible esto a usar un secador de manos, ya que de esta forma se expone a menos bacterias», explica la científica.
Secadores: el mayor riesgo de contaminación
Recomendaciones para evitar la contaminación en baños públicos
Fuente: T13
