St. Vincent y Kim Gordon coronan noche histórica del rock alternativo en Santiago

El Teatro Caupolicán de Santiago se transformó en un santuario del rock alternativo cuando St. Vincent y Kim Gordon unieron fuerzas en un espectacular concierto.

Annie Clark, la mente detrás del proyecto St. Vincent, no solo entregó un show impecable técnicamente, sino que trajo consigo a una de las figuras más reverenciadas de la escena independiente: la icónica guitarrista de Sonic Youth, en una noche donde el rock liderado por mujeres reinó sin concesiones.

Titanas del noise rock

Kim Gordon abrió el fuego con un set contundente que recorrió su carrera solista y los himnos de Sonic Youth. “Psychedelic Orgasm” y “Paprika Pony” resonaron con esa distorsión característica que definió una era, mientras la artista mantenía su enigmática presencia escénica, minimalista en palabras pero poderosa en ejecución. La banda que la acompañó logró capturar esa esencia cruda del noise rock que Gordon ayudó a crear, con bajos que retumbaban en el pecho y guitarras que arañaban los límites de la melodía.

 

Cuando St. Vincent tomó el escenario, la energía dio un giro hacia lo teatral pero igualmente intenso. “Reckless” inauguró su presentación con un riff que electrizó al público, seguido por momentos culminantes como “New York” y “Sugarboy”, donde Clark demostró por qué es considerada una de las guitarristas más innovadoras de su generación.

“Violent Times”, tema que St. Vincent grabó en español junto a la chilena-mexicana Mon Laferte, tampoco se restó del setlist, a pesar de que causó comentarios de todo tipo en los asistentes.

Sus fans más acérrimos corearon cada palabra, confirmando el profundo vínculo que la artista ha construido con Chile. Detrás de ella, una banda de lujo que incluía al baterista Mark Guiliana (colaborador de David Bowie en “Blackstar”), elevó cada canción a territorios sonoros inesperados.

 

 

Sonido y simbolismo

Más allá de la música, la velada destacó por su impecable calidad técnica, algo poco habitual en el Caupolicán. Cada nota de guitarra, cada golpe de batería se escuchó con una claridad que honró la complejidad de ambos proyectos. Pero el verdadero triunfo fue simbólico: ver a dos generaciones de mujeres liderando el rock alternativo con absoluta autoridad, sin necesidad de comparaciones con pares masculinos.

St. Vincent cerró la noche con “Candy Darling”, dejando claro que su influencia en la música contemporánea sigue creciendo. Para los asistentes, quedó la certeza de haber presenciado algo raro y valioso: un diálogo perfecto entre el pasado glorioso y el presente del género, que nos deja impacientes por ver cómo será el futuro de la música alternativa liderada por mujeres.

Fuente: CNN Chile

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