Fibromialgia: cómo aprender a vivir con un cuerpo que siempre duele

No terminas de sentir la alarma. Tomas consciencia y ya está ahí. El dolor. El dolor que nunca se va. Imagina como si hubieses corrido por kilómetros, o te hubieses ejercitado por una hora. Tu cuerpo te duele, mover cada músculo significa un esfuerzo enorme, arden. Ese dolor tampoco te deja concentrarte en otra cosa. Eso es lo que sienten las personas con fibromialgia todos los días, cada hora, cada minuto, cada segundo. Eso es lo que van a sentir todos los días de su vida.

Según destaca el Diario Constitucional, en Chile, la Ley Nº21.531 -promulgada en 2023- establece un marco legal para garantizar el cuidado de las personas que padecen fibromialgia y dolores crónicos no oncológicos. La iniciativa legal establece una serie de derechos como la atención preferente y oportuna por cualquier prestador de acciones de salud, tener un diagnóstico temprano y oportuno, contar con los cuidados físicos y psicológicos necesarios. Además, establece que es responsabilidad del Estado el dar acceso a medicamentos, tratamientos, terapias, entre otras prestaciones.

La ley también establece que las licencias médicas otorgadas por fibromialgia o dolores crónicos no podrán rechazarse por su solo diagnóstico ni sujetarse a un procedimiento especial, particular o discriminatorio.

¿Qué es la fibromialgia?

El académico de la Facultad de Medicina de la Universidad Central, Diego Silva, explicó a The Clinic que se trata de un “trastorno crónico de larga duración que causa dolor y sensibilidad en todo el cuerpo. Así como fatiga, cansancio y dificultad para dormir. Los científicos no han logrado comprender del todo cuál es la causa de esta enfermedad, pero quienes la sufren tienen mayor sensibilidad al dolor. Desde este mismo punto de vista, la fibromialgia no tiene cura, pero los médicos y otros proveedores de atención pueden ayudar a controlar y tratar los síntomas“.

“Por lo general, el tratamiento combina ejercicios u otras terapias de movimiento, como terapia psicológica, conductual y medicamentos. Entendiendo que la fibromialgia tiene un gran componente inmunológico del sistema inmune y no es una enfermedad somática o psicológica como se creía hace un par de años. Frente a esto, los tratamientos para el dolor, muchas veces, empeoran dicha enfermedad”, añade.

Silva acota que los síntomas de esta enfermedad son dolor crónico y generalizado en todo el cuerpo o en varias partes del cuerpo. “A menudo se siente en los brazos, las piernas, la cabeza, el pecho, el abdomen, la espalda y los glúteos. Por lo general, lo describen como un dolor constante, ardiente o palpitante. Fatiga, sensación abrumadora de cansancio, problemas para dormir y otros síntomas que pueden incluir rigidez de músculos y articulaciones, sensibilidad al tacto, entumecimiento y hormigueo en los brazos y piernas, problemas para concentrarse o pensar con claridad así como de memoria, a veces llamado fibroniebla. Mayor sensibilidad a la luz, al ruido, los olores o temperaturas y problemas digestivos”, detalla.

“Se diagnostica principalmente sobre la base del dolor que se siente en todo el cuerpo”

El académico afirma que “la fibromialgia suele ser hereditaria, por lo que es probable que haya factores genéticos que contribuyan a esta enfermedad. Pero no se conoce mucho sobre los genes específicos que intervienen. Según diversos investigadores, hay factores ambientales no genéticos que también influyen en el riesgo que tienen las personas de contraer este trastorno. Estos factores ambientales pueden incluir el hecho de tener una enfermedad que cause dolor como artritis reumatoide o problemas de salud mental como ansiedad o depresión”.

La fibromialgia no tiene cura, por lo que el tratamiento se centra en aliviar el síntoma. El plan para este desarrollo probablemente combinaciones de terapia psicológica, conductual y medicamentos. Y estrategias de autocuidado como ejercicios físicos, entre otros. Puede haber también una terapia cognitiva o conductual que va a ayudar a cambiar la forma en la que se piensa sobre el dolor, que puede ser útil si se combina con otros tipos de tratamientos individuales o grupales. Medicamentos que pueden variar para ayudar al dolor o mejorar la calidad de sueño. Antidepresivos para tratar la depresión, que puede funcionar para la fibromialgia aunque no esté deprimido. Medicamentos anticonvulsivos que ayudan a reducir el dolor y mejorar la calidad del sueño y analgésicos, medicamentos para el dolor, que pueden usarse en aquellos que necesitan mayor alivio del dolor. Siempre con un tratamiento médico y no hacia la automedicación”, recalca Silva.

Fuente: The Clinic

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