De dónde proviene la tradición del Conejo de Pascua que regala huevos de chocolate en Semana Santa

Aunque la Pascua de Resurrección es una festividad fundamentalmente cristiana, la tradición del Conejo de Pascua ha logrado trascender los límites religiosos y culturales, convirtiéndose en una actividad ampliamente esperada por millones de personas cada año durante la Semana Santa, sean creyentes o no, ¿de dónde proviene?

La relación entre el huevo y la Pascua puede parecer una metáfora evidente: el huevo simboliza la vida y el renacimiento, lo que se alinea con la resurrección de Jesucristo. Sin embargo, algunos estudiosos sugieren que esta conexión simbólica se consolidó después de que ambos ya estaban vinculados en la cultura y la tradición.

Una amplia mezcla de tradiciones

Existen diferentes teorías respecto del origen de la figura del Conejo y los huevos, y ninguna es considerada como la definitiva. Una de estas propone influencias de los festivales paganos durante la Europa medieval, enmarcados en el inicio de la primavera.

“Muchos eruditos creen que la Pascua tuvo sus orígenes como un festival anglosajón temprano que celebraba a la diosa Eastre y la llegada de la primavera. En cierto sentido, una resurrección de la naturaleza después del invierno”, explicó Carole Levin, profesora de Historia y directora del Programa de Estudios Medievales y Renacentistas de la Universidad de Nebraska, a TIME.

Otra teoría sugiere que la entrega de huevos sí proviene de la cultura cristiana, aunque no por los motivos inicialmente señalados. Resulta que, antiguamente, el periodo de penitencia y abstinencia era muy estricto, por lo que algunos fieles se privaban por 40 días de consumir alimentos de origen animal como carnes o huevos.

De acuerdo con la explicación que dio Henry Kelly, profesor de estudios medievales en la Universidad de California en Los Ángeles, al citado medio, los cristianos guardaban los huevos que sus gallinas ponían durante esa época y los almacenaban para distribuirlos más tarde. Dado que la Cuaresma termina poco antes de la Pascua, los huevos hervidos terminaban repartiéndose el Domingo de Resurrección.

El Conejo de Pascua

En cuanto al origen de la figura del Conejo de Pascua, una teoría propone que “en 1682, el alemán Georg Franck von Frankenau dio cuenta de una costumbre proveniente de Alsacia acerca de una liebre que llevaba huevos de colores a los niños. Al parecer, una tradición luterana veía en esta figura un símil de lo que hoy conocemos como el Viejito Pascuero”, explicó hace un tiempo Camilo Pino, académico del Instituto de Filosofía y del Bachillerato en Humanidades y Ciencias Sociales de la USS.

También se asocia este animal con el de la diosa Eastre durante este festival de primavera en el hemisferio norte.

Que la noción de que un “Conejo de Pascua” haya surgido en Europa no es un detalle menor. Lo cierto es que existen dudas sobre la existencia de conejos (Oryctolagus cuniculus), en la zona del Levante mediterráneo en el siglo I. Estos provienen de la península ibérica y habrían llegado mucho después al lugar. Las que sí habrían estado presentes en la zona eran las liebres silvestres (Lepus capensis).

¿Y los huevos pintados?

Se cree que la tradición de los huevos pintados surgió en Inglaterra en el siglo XIII, donde los habitantes de las aldeas los llevaban como regalo a sus señores y como ofrenda especial a la Iglesia. Más adelante, según Levin, en ocasiones se pagaban las “cuotas de Pascua” con estos huevos, una tradición que se extendió hasta el siglo XVIII.

Según explicó, no fue sino hasta la época victoriana cuando los huevos coloreados se convirtieron en algo para regalar a los niños en lugar de a la iglesia o las autoridades. De hecho, se trató de una época donde muchas festividades religiosas, como también la Navidad, experimentaron cambios para convertirse en instancias más familiares, con rituales dirigidos a los más pequeños. Pronto se incorporó la búsqueda de huevos de Pascua, el chocolate, y en 1876 se celebró la primera Carrera de Huevos de Pascua en la Casa Blanca.

La leyenda del Conejo de Pascua

Aunque la tradición del Conejo de Pascua se originó muchísimo después de la muerte de Jesucristo, al incorporarse a la celebración cristiana de Semana Santa, surgió una leyenda que buscaba vincularlo a la historia de la resurrección.

Según esta historia, en la antigua Judea, un conejo (aunque ya sabemos que no eran nativos de la región, por lo que en estricto rigor sería una liebre) se encontraba en el sepulcro donde reposaba Jesús después de su muerte. El conejo observó cómo los fieles visitaban la tumba con tristeza, pero al tercer día, fue testigo de la resurrección.

Como los conejos no pueden hablar, decidió comunicar la noticia a los niños de una manera especial: entregando huevos, símbolos de vida, que en este contexto representan la resurrección de Jesucristo.

Esta leyenda, aunque no tiene base histórica, es una forma de conectar la tradición del Conejo de Pascua con la celebración cristiana.

Fuente: BioBioChile

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