La historia de ascenso de Daniel Merino: el joven de 34 años que partió como community manager y que llegó a la dirección ejecutiva de Viña 2025

Año 2004. Daniel Merino, con 14 años, vive con su abuela y juntos miran el Festival de Viña por TV. Al otro lado de la pantalla, Camilo Sesto triunfa en la Quinta Vergara y Merino nota que a su abuela le gustaría estar ahí. Ella es asesora del hogar y la familia tiene una situación económica difícil, por lo que trasladarse desde la Región del Biobío, e ir al certamen, es un lujo que no pueden permitirse.
“Algún día yo voy a trabajar ahí”, dijo ese día la versión adolescente de Daniel. Hoy, con 34 años, es el director ejecutivo del Festival de Viña del Mar.
Sin saberlo, Daniel empezó a concretar ese sueño pocos años después, cuando recién salido del colegio se fue a vivir a Santiago. Aún no decidía si quería entrar a estudiar algo y junto a unos amigos creó una revista digital llamada Teen, donde él se hacía cargo de las redes sociales. Por lo mismo, fue a cubrir el show que dieron los Black Eyed Peas en el Estadio Bicentenario de La Florida en 2010, uno de los primeros conciertos que organizaba Bizarro, la productora que hoy está detrás del Festival de Viña.
En ese concierto, Merino conoció a Alfredo Alonso, quien hace un año había fundado Bizarro, y él le ofreció hacerse cargo de las incipientes redes sociales de la productora. “Empecé a trabajar una vez a la semana físicamente en Bizarro, y luego empecé a ir más días, más días, pero llegó un momento en que le dije: ‘Oye, Alfredo pero no me alcanza la plata ni para pagar mis pasajes’. Porque Alfredo me pagaba como 60 lucas mensuales en ese tiempo. Era muy poco. Entonces me dijo: ‘Ya, pero entonces tienes que ayudar a hacer más cosas’”, recuerda hoy Merino.
“Daniel pasó por todo”, complementa Alfredo Alonso. Y explica: “Pasó por community manager, tuvo que poner sillas en los estadios, trabajó en producción, trabajó en marketing. Fue como metiéndose en todas partes y en todas partes que entraba quería aprender, quería saber. Aparte que es una persona que ama el mundo de los espectáculos. Le dije que si quería progresar en este rubro tenía que aprender inglés y aprendió a hablar inglés. Es una persona que no deja de aprender nunca. Después aprendió finanzas, aprendió producción. Ese tipo de personas uno las encuentra muy poco”.
Así, Merino ha ido escalando dentro deBizarro, al mismo tiempo que la productora ha ido subiendo en importancia dentro de la industria musical y particularmente dentro del Festival de Viña. Al principio, Bizarro, como otras productoras, proveía de algunos artistas a la parrilla del certamen pero, a partir de 2018, en el último Festival que transmitió Chilevisión, la empresa de Alonso estuvo a cargo de la contratación de todos los artistas. Ya en 2019, con la llegada de la alianza entre TVN y Canal 13, Bizarro pasó a estar a cargo de toda la producción del evento, fórmula que se replicará este año con Mega como canal transmisor.
En ese tiempo, el rol de Daniel Merino en el Festival pasó de productor de artistas a productor general, de productor general a productor ejecutivo y finalmente para este año fue nombrado como director ejecutivo, siendo el encargado de la toma decisiones que tienen que ver con el certamen en sí,liderando la relación con las autoridades, con los artistas y con los proveedores.
“Cada cosa que tuve que pasar en el Festival, buena o mala, me sirvió para poder hoy día asumir un cargo como este que tiene tanta responsabilidad. Porque imagínate, yo no soy de Mega, no soy de la tele, mi carrera no partió de la televisión. Sin embargo, he tenido que aprender muchas cosas de la televisión y hoy día Mega, dentro de la generosidad de los ejecutivos y la confianza que tuvieron por mi currículum, igual me hace ser responsable de la pantalla del canal. Y eso es gratificante, porque siento que confían mucho en mí, pero también es me llama a ocuparme aún más de esta nueva responsabilidad”, señala Merino al respecto.
Precisamente, quienes trabajaron con él en los ciclos anteriores del Festival de Viña, coinciden que, aunque no es su rubro, en los últimos años Merino se ha insertado cada vez más en la industria televisiva.
“Él venía del mundo de Bizarro, que son promotores de artistas y llegaron a Viña y el Dani se convirtió en un productor de tele, que son perfiles completamente distintos. Él se acomodó muy bien a este trabajo de tele, de que al final lo más importante era la pantalla”, comenta Catalina Yudin, que conoció a Merino cuando era productora ejecutiva en Chilevisión y que ha seguido contacto con él como subgerente de planificación y proyectos en TVN, siendo el reciente Festival del Huaso de Olmué el último evento en que trabajaron juntos.
Eduardo “Fido” Cabezas, gerente de producción y talentos en TVN, la complementa: “Siempre ha sido como muy receptivo a aprender de áreas que no conoce. Es un tipo que ha crecido ene y en el camino también toma la experiencia de otros y todos los años aprende algo, este año en Olmué, lo vi mucho en el móvil televisivo y se metió mucho en la transmisión como desde la curiosidad”.
Activo en Instagram, directo y trabajólico: el estilo Merino
“Tío Dani, ¿qué tan reales son los rumores de Adele en Viña?”. “Tío Dani necesitamos tres fechas de Emilia para las que quedamos sin entradas”. “Tio Bizarro necesito su ayuda urgente, hablé a Puntoticket, pero no me dieron solución”. “Hola Tío Dani, le dejé un mensajito… ayúdeme porfi“. “Tío Dani traiga a Mora porfa”. “Oiga Tío Dani, ¿cuándo liberan las entradas venta general?”. ”Tío Dani recomiende algún lugar donde se pueda estacionar”.
Esos son algunos de los ejemplos de las decenas de mensajes que recibe Daniel Merino todos los días y que muchas veces responde a través de su cuenta en X, donde tiene más de 10.000 seguidores, que se suman a los más de 40.000 que tiene en Instagram, donde también atiende consultas por mensaje privado.
Aquellas cifras convierten a Merino en un personaje extraño dentro de la industria de conciertos. Mientras la mayoría de los ejecutivos de su perfil son más desconocidos y elusivos al trato directo con los fans, @IAmDonDani -su nombre en redes sociales- emerge como una cara visible y activa en plataformas, una especie de estrella del mundo de las productoras, que se expone tanto al amor como al odio del público. Su participación en redes va desde recomendaciones prácticas para asistentes de conciertos, hasta la solución de problemas particulares de compradores de entradas, o generar expectación sobre posibles shows por anunciar. Incluso pelea con los haters que lo critican.
“Él entendió que este es un negocio de expectativa y juega con eso. Yo lo hueveo porque se transformó como en el tío Dani, que responde a una audiencia y que, para bien o para mal, aclara las cosas. Eso es superbueno, porque hoy en día hay tanto concierto, hay tanto estímulo y un montón de cosas, que la gente de repente se equivoca, no está toda la información y él se preocupa de eso. Es preocupado de que su audiencia sepa que el horario de entrada es a tal hora, que es lo que tú puedes llevar a un concierto o no. Responde incluso cuando hay alguna equivocación”, opina “Fido” Cabezas.
Merino, lo resume así: “Todo esto partió porque hoy en día los fandoms están muy activos en redes sociales y ellos buscan interactuar con gente que les pueda ayudar a resolver sus problemas o crear sorpresas para los artistas que siguen. Y yo empecé a hablar con los fans, pero era algo muy pequeño, eran mil personas que me seguían y de esos hablaba con cinco o seis. Y esto fue creciendo, creciendo, creciendo y como que las personas empezaron a seguirme básicamente porque yo daba información de los conciertos”.
Hoy Merino cuenta que intenta leer todos los mensajes que le llegan por redes sociales y en ocasiones, cuando ve que no han podido resolver sus problemas por conductos oficiales, él mismo gestiona una solución. Además, está en varios grupos de WhatsApp de clubs de fans y se reúne frecuentemente con ellos para tener un feedback más directo.
“Tú tienes que crear el negocio no colocando el negocio por sobre las personas, sino colocando las personas por sobre el negocio. Porque el negocio, para que sea exitoso, tiene que ser un derivado de hacer una buena gestión y eso es lo que yo busco”, explica.
Parte de esa forma de ver las cosas, se entiende por el fanatismo de Merino por Disney. No es que el ejecutivo sea especialmente fanático de las películas animadas, pero sí es un admirador de la filosofía de trabajo de Walt Disney, algo en lo que ha podido profundizar participando varias veces en cursos y charlas del Disney Institute.
“Tiene que ver con hacer las cosas con excelencia, con pasión, que si las cosas las vamos a hacer, hay que hacerlas bien, que los detalles marcan la diferencia. Y también porque ellos se preocuparon toda la vida de crear. Ellos no creaban juegos mecánicos o no creaban un parque, ellos creaban experiencias memorables para las personas. Hasta el día de hoy son referentes para mí”, dice Merino, que en 2024 fue reconocido por la Revista Billboard como uno de los 40 ejecutivos bajo 40 años con más influencia en la industria musical.
Puertas adentro, todas las personas consultadas para este reportaje coinciden en que Merino es una persona muy trabajólica. Normalmente llega a la oficina cerca de las 9:00 y su hora de regreso suele ser entre las 23:00 y las 1:00 de la madrugada. Aunque asegura que ha aprendido a delegar, admite que le gusta estar atento a todos los detalles. Por ejemplo, en los conciertos de estadio, revisa personalmente los puntos de agua y las vallas.
“Daniel tiene la particularidad de que siempre quiere avanzar. Siempre hay imprevistos es esto y él es más de tratar de ser resolutivo, de no darse mucha vuelta y avanzar. Creo que se trata de operar del estrés, resolviendo”, señala Cabezas.
Así también lo recuerda Carlos Figueroa, exdirector musical del Festival quien vivió junto a Merino toda la polémica que surgió en 2023 cuando se comunicó que el certamen prescindiría de la presencia de la orquesta. Ahí, Figueroa comenzó una serie de negociaciones con los ejecutivos de los canales, que tuvieron a Merino como intermediario. A pesar de que Merino siempre le dijo que lo apoyaba, también fue el encargado de comunicarle un año después, su salida definitiva del festival.
“Él ha asumido el rol que corresponde siempre en una empresa, siempre tiene que haber un hueón que es una muralla. Él me decía: ‘Carlitos, yo no estoy de acuerdo, Alfredo tampoco, pero somos solamente la productora del Festival y estamos cumpliendo con las reglas’”, recuerda Figueroa. Y agrega: “Es superejecutivo, eso sí. Yo de repente le decía: ‘Ya po’ hueón, no te pongai tan ejecutivo’ pero me decía que tenía que hacer esa pega”.
Recordando ese episodio, Merino confirma su postura: “Cuando estoy en el Festival de Viña, nunca actúo en nombre de Bizarro, sino que actúo en nombre del Festival. Muchas veces me ha tocado comunicar decisiones con las que no estoy de acuerdo, pero es mi trabajo. Y tengo dos opciones, comunicar la decisión o renunciar, porque es un mandato. Esa parte es como media ingrata. A mí no me gusta, pero como todo en la vida, cada cargo tiene cosas buenas y cosas malas”.
“Mi pega es cuidar las lucas del festival”
A comienzos de enero, en el programa Plan perfecto de Chilevisión, Bombo Fica contó que había rechazado una oferta de $40 millones para estar en Viña 2023. “A Karol G creo que le pagaron 850 millones (…) entonces. ¿por qué yo tengo que recibir menos del 5% de un artista extranjero, cuando yo tengo una trayectoria de ya casi 40 años de carrera?”, denunció el comediante.
La situación se suma a los reclamos que han hecho en otras ocasiones Los Vásquez, eternos candidatos para ir a la Quinta Vergara, pero que han señalado no haber llegado a acuerdos económicos con la organización
“Hay un artista chileno que se juntó conmigo en mi oficina y yo le ofrecí X plata y me dijo que por menos de un millón de dólares no iba al Festival de Viña. Entonces yo le pregunto por qué dice ese número y me dice: ‘Porque eso fue lo que cobró Luis Miguel. Salió en La Tercera’. Bomba Fica leyó en La Cuarta que Karol G se ganó $800 millones y para Bombo Fica, La Cuarta es la mejor fuente. La Cuarta no tiene ni idea del contrato, entonces no sé cómo él ocupa esa información para hacer una crítica al Festival de Viña o a una organización, en vez de tratar de ubicarnos”, responde Merino.
Con respecto a los músicos, agrega: “Hay artistas chilenos que se les ha pagado igual que un artista internacional ,pero hay chilenos que están pensando que se le ha pagado menos que a otras porque no todos los artistas cobran lo mismo y no todos los artistas convocan de la misma manera”.
Además, el ejecutivo asegura que la personas suelen pedir más artistas chilenos en la Quinta Vergara, pero que luego son las noches que más cuesta vender, como ha pasado este año con la jornada que encabeza Myriam Hernández.
“Muchos le exigen al Festival de Viña que se haga cargo de los artistas chilenos, pero yo creo que así como critican al Festival, deberían criticar, por ejemplo, a las productoras que se quedan con el 50% de la plata del telonero y que le roban esa plata.Eso es robarle a los artistas. Quedarse con el 50% de la recaudación de un derecho autoral. Eso es algo que no se toca. Entonces, es fácil criticar al Festival de Viña porque se siente propio, pero si vamos a defender a los artistas chilenos, seamos consecuentes y defendemos a todos los artistas chilenos y de todos los frentes, más cuando se trata de sus derechos autorales”, dice en referencia al reportaje publicado por The Clinic, que revelaba malas prácticas de la productora DG Medios.
Catalina Yudin, cuesta que el estilo de Merino implica ser “directo y al hueso” para negociar. “No es el típico que dice 10 para llegar a 4. Si te dice 10, a lo más va a llegar a 9. Ellos no estilan elevar las cosas”, dice.
Merino explica: “Soy una persona muy rígida, porque los números son números. Yo siempre digo, uno más uno, son dos, no tres. Cuando nosotros llegamos, el Festival de Viña estaba muy enfermo financieramente y llevarlo a que tenga utilidad o al menos netearlo, ha sido un trabajo de rigidez. Mi pega aquí es cuidar las lucas del Festival, porque si yo tengo presupuesto, puedo traer mejores artistas, puedo tener mejor tecnología, puedo tener mejor puesta en escena, mejor escenografía”.
La ausencia de Los Tres: “Los artistas para ir a Viña no tienen que hacer ningún Festival más grande… y ellos tienen Lollapalooza”
Sin duda, una de las mayores complejidades de montar Viña 2025 fue el cambio de concesión que hubo para este año, lo que hizo que recién en mayo se supiera que sería Mega el canal encargado de transmitir el Festival. Aunque dice que desde el canal han sido muy generosos con él y que han puesto como prioridad el buen funcionamiento del certamen, Merino admite que “ha sido desafiante y difícil”.
“A mí me gustaría que esto no pasara cada cuatro años, la verdad. Aunque tampoco es mi intención estar toda la vida en el Festival de Viña. No porque no me guste, sino porque también soy creyente de que, así como yo tuve la oportunidad, creo que hay gente que tiene que tener la oportunidad. Creo que es malo apernarse a un cargo eternamente y creo que hay que dar un espacio a que las nuevas personas, nuevas generaciones estén y sean parte”, señala.
Respecto a la parrilla de este año, Merino destaca que la forma en que se dispuso permite que haya noches temáticas de rock (Incubus y The Cult), urbana (Duki, Eladio Carrión y Kidd Voodoo), de mujeres (Myriam Hernández y Ha*Ash), regional latina (Carlos Vives y Carin León), de grandes éxitos (Marc Anthony y Bacilos) y juvenil (Morat y Sebastián Yatra).
“Nuestra misión siempre va a ser crear una parrilla transversal que trate e intente cumplir con todos los gustos y las expectativas, tanto de la audiencia como del municipio, pero también de los auspiciadores porque al final de cuentas son ellos los que pagan”, explica.
Además, aclara algunas críticas. Sobre lo mucho que ha estado en el certamen Marc Anthony, señala: “Él ama el Festival de Viña y dijo que quería estar. Yo creo que Viña tiene que abrazar a los artistas que abrazan Viña”.
Sobre si negociaron con Los Tres, responde: “Sí, pero para ser súper transparente, los artistas para ir a Viña no tienen que hacer ningún Festival más grande alrededor de Viña. Y ellos tienen Lollapalooza”.
—Hay una sensación de que este año hay menos estrellas que en 2024.
—Lo que pasa es que el año pasado pasó algo muy particular, que fue lo que pasó con Andrea Bocelli. Lo que pasó con Andrea Bocelli en la Quinta Vergara se va a repetir en mucho tiempo más. A mí me encantaría que se volviera a repetir, pero no solamente es Andrea Bocelli. Es el público que fue esa noche y la conexión que hubo, la atmósfera musical que se creó, el silencio mientras él interpretaba y la orquesta tocaba. De verdad fue único. Yo no veo que este año se pueda superar ese momento, pero también creo que cada año la parrilla tiene su propio espíritu, su propia forma de conectarse con la audiencia.
—¿Hubo alguna tentativa para replicar lo de Andrea Bocelli trayendo a André Rieu? Bizarro produjo sus últimos conciertos en Chile.
—André Rieu es un show que me encantaría que estuviera en la Quinta Vergara. Y así como trabajamos dos años intensamente para tener a Andrea Bocelli, yo creo que más temprano que tarde, André Rieu va a estar en la Quinta Vergara. La Quinta Vergara se merece a André Rieu y André Rieu tiene muchas ganas de hacer algo así. Solamente que técnicamente es incluso un poco más complicado que lo de Andrea Bocelli porque André Rieu tiene un asunto actoral dentro del show, que hace que tenga complejidad de dirección de televisión y que a veces las reglas del Festival no se condicen con lo que él quiere hacer.
Entonces hay que llegar a acuerdos y esos acuerdos, aunque no nos suene coherente o no suene real, a veces son dos años hablando. Pero yo creo que sí. Creo que él va a estar en Viña en el corto plazo.