Cuando se habla sobre prácticas para tener un buen descanso se suele dar prioridad a la cantidad de horas de sueño, sin embargo, las posturas para dormir también pueden influir en las condiciones de vida de las personas.
Y es que dormir bien es mucho más que cerrar los ojos por ocho horas, el factor que mencionábamos afecta la calidad del sueño, el estado de ánimo y hasta en la aparición de dolores corporales recurrentes.
Además de que algunas pueden resultar más cómodas que otras, lo cierto es que también tienen beneficios o contrapartes, por lo que saber escoger puede ser clave para tu vida.
Posturas para dormir y cómo influyen en el descanso
Tal como mencionábamos, las posturas para dormir pueden decir mucho sobre nuestros estados de ánimo o dolores musculares.
En la misma línea, Jacobo Reyna, director de operaciones en América de Colchones Emma, sostiene que “muchas veces culpamos al colchón o a la almohada sin revisar un factor fundamental: la forma en que nos acomodamos para dormir. La postura influye en cómo respiramos, cómo se alinea la columna y cómo se relajan los músculos”.
En ese sentido, detalló el impacto que pueden tener las posturas más comunes en el descanso:
- Dormir de lado (posición fetal): es la más recomendada, especialmente si se realiza sobre el lado izquierdo, ya que mejora la circulación y ayuda en la digestión. Además, reduce los ronquidos y mejora la respiración.
- Boca arriba: buena para la columna, ya que mantiene una alineación natural. Sin embargo, puede agravar los ronquidos o la apnea del sueño. Se recomienda usar una almohada ergonómica que sostenga bien el cuello.
- “Estrella de mar”: dormir boca arriba con los brazos hacia arriba puede provocar tensión en los hombros. Ideal solo si se cuenta con un colchón que distribuya bien el peso y reduzca los puntos de presión.
- Boca abajo (decúbito prono): la menos recomendada. Puede generar presión en cuello, espalda baja y articulaciones. También interfiere con una respiración fluida.
Aunque la postura sea buena, un colchón inadecuado puede anular sus beneficios. “El colchón ideal debe adaptarse a la forma del cuerpo, distribuir el peso de manera uniforme y permitir libertad de movimiento durante la noche”, dice Reyna.
En suma, identificar las posturas, mantener una rutina de sueño estable y solucionar los problemas, ayudará a que el cansancio extremo, los malestares corporales o el bajo rendimiento desaparezcan.
Fuente: Biobio Chile